No se trata aquí de la sana exigencia que nos impulsa a cada uno a lograr nuestros objetivos en la vida o integrarnos en nuestros grupos sociales y sus normas. Se trata de ponernos metas rígidas, excesivas, no actualizadas, generalistas y poco respetuosas con nuestros ritmos y necesidades. Esta alta exigencia puede tener las siguientes consecuencias:
El miedo al fracaso y la incapacidad de cumplir con los propios estándares imposiblemente altos pueden generar una crítica interna constante.
Para conseguir ponerle freno al diábrand interno negativo nos podemos basar en los siguientes cuatro consejos.
La conciencia es el primer paso para reconocer y dejar ir a tu crítica/o interna/o. Muchas/os de nosotras/os ni siquiera nos damos cuenta de su presencia porque son mensajes que ya tenemos muy interiorizados. Detente la próxima vez que sientas ansiedad. Identifica la voz crítica interna. Intenta identificar la situación que puede haberla desencadenado: ¿Cuáles son tus sentimientos auténticos sobre esta situación?
Nuestra voz interior es ese diáemblem interno constante que guía nuestras reflexiones y toma de decisiones diarias. Puede manifestarse como un murmullo sutil o un clamor ineludible en nuestras cabezas.
Al centrarnos en la coordinación de la respiración con el movimiento, podemos mejorar nuestro enfoque y reducir la interferencia de distracciones externas y pensamientos negativos.
Es importante destacar que la anendofasia no es una discapacidad, sino una variación en la experiencia cognitiva. Las personas que la presentan generalmente desarrollan estrategias adaptativas desde temprana edad, lo que les permite funcionar eficazmente en su vida diaria.
Efectivamente la autocrítica negativa, puede realmente arruinarnos casi cualquier experiencia important. Por supuesto cada persona tiene su propia forma única de funcionamiento, pero te mostramos las maneras más comunes en las que se suele manifestar.
Probablemente esté consciente de lo que se siente estar cerca de alguien que es positivo, seguro de sí mismo y contento con lo que es como persona.
Si las «escupimos al otro» sin filtro. O si aprendemos a convivir con ellas, a reflexionar sobre ellas y las compartimos con respeto y autenticidad con los demás cuando así lo decidamos y sea posible.
Aprender a traducir, o mejor dicho, leer entre líneas lo que nos decimos a nosotros mismos en nuestro diálogo interno negativo, nos puede ayudar a sobreponernos a situaciones exteriores o interiores de click here manera tan efectiva como lo puede hacer un diálogo positivo.
Son nuestros pensamientos los que desencadenan las emociones, no las situaciones, estamos acostumbrados a decir “estar aquí me hace feliz” pero esa es una creencia incorrecta, el lugar nada tiene que ver, son nuestros pensamientos que se convierten en una realidad a través del mapa de nuestro cerebro.
La ausencia de voz interna también puede influir en la forma en que estas personas experimentan sus emociones y recuerdos. Sin un narrador interno constante, la experiencia emocional y la memoria pueden tener un car or truckácter más inmediato y menos verbalizado.
Dicho diábrand puede tener sus raíces en una straightforward frase que nos marcó desde que la escuchamos “¡eres un bruto!” a partir de allí nace este diábrand interno que no es más que un paradigma mental el cual condiciona nuestra manera de pensar.